Reunión de negocios

Hoy he salido a almorzar con my business partner y buen amigo Vicente.
Hemos comido en las estupendas laderas del río Mapocho.
El se ha comprado una magnífica ensalada con tofú y otras cosas deliciosas.
Vicente tiene cheques de restorán y se puede dar esos lujos.
El trabaja en Procter&Gamble. Yo trabajo en Entel.
Les decimos burlescamente a su compañeros de trabajo "Cockters".
Yo he traído, una deliciosa ensalada preparada en mi casa.
Arroz, habas, tomate, lechuga, zapallitos italianos y un buen aderezo.
Hemos conversado sobre el aspartame, los asaltos y los raptos.
También me ha contado sobre las películas de un tal Tod Solonz, ahora sí.
Una de una niña nerd a la que le decían cara de caca.
En un escena un niño matón la amenaza con violarla cerca de un basural
a lo que ella tímidamente accede.
Luego el niño le he dicho que es una broma, que en verdad desea ser su novio,
pero que algún día, de todas maneras, la violará.
Luego hemos dormitado finamente sobre el césped,
mientras algunos obreros fuman algo.
Nosotros creemos que podría tratarse de marihuana.
La verdad es que estamos seguros de eso.
Hablamos de las tetas y los potos de nuestras compañeras de trabajo
y nos damos cuenta, tristemente, de que no hay mucho que mirar.
Luego como buenos y leales empleados
sacamos la vuelta un rato más.
Hemos ido por unas Kem Extreme, lo que estúpidamente me ha hecho sentir
algo atrevido, como sublevándome contra algo o alguien.
También hemos hablado sobre copetes, un asado y una piscina.
No hemos hecho nada de eso.
Ya de vuelta hemos paseado hablando de reuniones, en inglés y
riéndonos como un tonto se reiría de otro tonto muy parecido a él.
Vicente se ha cruzado con un compañero de trabajo.
Ambos se han mirado con la misma complicidad
con la que se miran dos personas
que simultáneamente se están sacando un moco.