lunes, enero 28, 2008

Agradeciendo un buen fin de semana

Llegar a mi casa lo más rápido posible era la prioridad.
Pasé a echar bencina, planificando todo desde un comienzo.
Cuando llegué, tenías todo listo para partir. Me esperabas en mi casa lo que siempre es un motivo mas para querer llegar.
Mi alegría era de otro mundo, esa tarde todo parecía ser mejor. Incluso el calor era agradable.
Ya habías ido al supermercado y tenías todo ordenadito y listo para zarpar.
Un hermoso pollo mexicano(con ese ají jalapeño que tanto me gusta) y tantas cosas más.
Quesito filadelfia y paltas y tomates y almendritas saladas.
Partimos a eso de las 4:30 de la tarde, a toda velocidad.
A mitad de camino tenía un poco de sueño lo que reparamos fumando una poca de weed.
Nos reimos, pero siempre estuve concentrado. Cantamos y mi concentración intacta.
No me podía dar el lujo de arriesgarte en las carreteras hacia la costa.
Que ganas de ir viajando todavía para allá.

Llegando a la playa nos pararon los carabineros, aduciendo que habíamos quebrantado la ley, ya que pajaronamente yo había cruzado un paso de peatones sin percatarme de que turistas deseaban cruzar la calzada. Además no llevaba lentes ópticos lo que agravaba la falta. Eran tantas mis ansias de que todo resultara bien, y tanto mi ímpetu, que al poco amigable carabinero no le quedó mas remedio que dejarnos ir, lo que agradecí de sobremanera. Yo le decía "noooooooo por favor quiero que salga todo perfecto, por favor nooooooo, nunca volverá a pasar" y el carabinero comprendió que lo nuestro era pasar el mejor fin de semana del mundo y nos dejó ir.
Luego llegamos a un departamento chiquito pero acogedor con una hermosa vista al mar lo que siempre es tan agradable. Tenía una piscina que obviamente también disfrutamos, todo a ratitos cortos, un fin de semana siempre es mucho mas corto de lo que uno puede aguantar. Sin embargo fue algo realmente gratificador. Paseos a pie, un dulce atardecer en el sofá, cervecitas y papas fritas y todo lo que un buen fin de semana puede pedir. El carioca que nunca nos abandona y que contigo lo disfruto tanto. Callar contigo es disfrutar, sobretodo si te miro y estas sentada a mi lado y sonries. Como sonreias mientras ibamos para la playa aunque a ratos te asustaras gracias al transito.
No nos faltó nada.
Playita, solcito, marcito y tú. Mi guitarra y mi computador acompañaban nuestras tardes de calma y bienestar. Algunos zancudillos intentaron opacar nuestras noches, mas no con mucho éxito.
La vuelta a casa también fue agradable, aunque debo decir que menos que la ida, eso por motivos obvios. Ojalá todos los finesdesemana fuesen tan, pero tan agradables.

jueves, enero 17, 2008

La irreverencia

Humberto Franzani era (o podríamos decir que es) un abogado famoso, todo un personaje
un hombre refinado y culto. Un hombre de vocabulario amplio, un hombre de historias para recordar.
No hace mucho tiempo, a este gran viejo (padre de una gran amiga de mi madre
la Ana María Franzani, a quien yo quiero mucho), lo operaron de algo y para realizarle
la operación, lo anesteciaron.
La cosa es que la anestesia al parecer les provoca transtornos a los hombres de edad
y al gran Humberto (un gran viejo roble) le vino la irreverencia.
Si lo vieran como es ahora.
La Ana María, que es una tía de lo mas simpática, nos contaba ayer(de manera tragicomica)
todas las andanzas del nuevo e irreverente Humberto. Cabe decir que Humberto ya tiene unos 78 años de edad, por lo que muchas cosas de las que ha hecho, pueden ser consideradas
como vergonzosas, pero yo terminaba encontrandolo maestro.
Un día, me parece que el 1 de Enero, Ana María tenía invitados en su casa, entre ellos
sus suegros, sus padres sus hermanos, sus yernos y amigos y gente.
Ese día en Talca hacia un calor horrible, por lo que Humberto tenía calor.
Entonces a Humberto, no se le ocurrió nada mejor que salir al patio en calzoncillos, maestro.
Obviamente, este acto de rock puro, hizo tensar los animos entre los asistentes
quienes no sabían como actuar, siendo que todo debía tomarse con mucha mas naturalidad.
Luego Humberto se puso a comer brevas que habían sido sacadas de la Higuera horas antes
por lo que estaban en el refrigerador heladitas, y se comió unas 12
y luego se sacó la placa y la lavó en el lavaplatos de la cocina, lo que obviamente nuevamente causó revuelo.
Otro día a Humberto se le ocurrió que debía ir al juzgdo ya que tenía que defender no se que causa y todos estaban vueltos locos. Humberto es obstinado.
Cuando se le mete una idea en la cabeza, debe conseguirla.
Humberto siempre ha sido un hombre extremadamente bueno. Fue aval de mil personas
a las que nunca mas vió por lo que muchas veces tuvo que pagar deudas de gente que no
se merecía de su ayuda.
Es hora de que se le retribuya todo lo que alguna vez entregó.
Humberto siempre fue un Quijote que luchó contra molinos de viento.

martes, enero 15, 2008

Para el bronce

"Me siento mino cuando estoy triste"

lunes, enero 14, 2008

Preparense preparense que se vienen Las Madres

viernes, enero 11, 2008

Tim Golden y la borrachilitud

Tengo regalos que me estorban
Tengo sueños que cumplir
Me paso por la raja a Tim Golden.
Corro en avenidas con maxima 6o Km/hr.
Que le voy a decir a POTQ
Nada, nada por que solo escribo borracho
cuando interpreto todo mal
cuando no se me entiende nada.
y como no me he emborrachado tanto ultimamente,
no escribo ni una weá.
Pa escribir bien hay que estar borracho y disparar.
Ahora les podría contar cosas
cosas como que mi papá usa Etiquet en crema
una weá que jamás podré entender.
Pero eso no lo voy decir en ni un lugar mas que aquí.