Trabajar en Maitencillo
Aquel gringo desgregañadamente rucio, pero jodidamente simpático
hablaba seriamente con Daniel Sepulveda sobre algo relacionado
a las pistolas de RF.
Yo los escuchaba hablar, pero no mucho por cierto.
No con demasiada atención.
La tarde era tan calida que se podía ver. Incluso olfatear.
Habían otros gringos todos amigos y algunos chilenos surfers también.
Este gringo trabajaba para angloamerican transoceanics
o algo así, en un área de desarrollo tecnológico y operacional
como en la que yo me desempeño. Pero de navieras.
La pega era en Maitencillo, todos estábamos en Maitencillo.
El ambiente era de total relajo. Las gaviotas sonaban
como sonarían las gaviotas y los lobos marinos en San Antonio
si pudiese escucharlos en este preciso momento (15:58, Martes 23 de Marzo de 2010)
El sol brillaba sepia como tanto me gusta y adormece.
Uno de ellos decía que era la raja trabajar en Stgo,
uno moreno de pelo largo con alguna polera de grupo de metal.
Yo dije que era mucho mejor trabajar en Maitencillo.
La discusión no dio para mucho. La playa era mejor.
Todos de seguro eran amigos de la Vanessa, la vienesa.
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