Temor a la futura cotidianeidad
Me considero demasiado viejo como para tener miedo
del futuro, de lo inesperado. Ya debería importarme un carajo.
Me siento muy viejo como para todavía temerle a un aeropuerto.
Y no por que me de miedo volar. De hecho volar es lo de menos.
Muy grande como para que me de miedo perderme en el auto
mientras me traslado a través de una comuna desconocida.
Muy viejo como para no atreverme a hacer sin temor.
Muy viejo como para sentir verguenza de hacer el ridículo.
Lo bueno es que no le temo a cosas que otros si le temen.
No le temo a la locura.
No le temo a las catastrofes.